Vaciar de sentido las palabras para volverlo todo precario, revocable, efímero.
Borrar con el codo lo que la mano escribe, no tener ninguna necesidad de certidumbre,
vengo a proponer un margen de indecisión, a poner en crisis la relación con el lenguaje.
La ausencia como una forma de reflexión opuesta a la saturación y el flujo de información
por el que estamos atravesados.
Habitar la pausa, permitir el error.
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