TEXTO SOFÍA CASADEY BOLLATI
"LA PATRIA ES EL OTRO"
El otro es necesario para ser yo.
No puedo ser sin el otro.
Mi presencia no es una solidez autónoma.
Toda presencia es diferencia y necesito del otro y de su diferencia para establecer un yo, así como
el otro necesita de mí para ser él.
El otro es un rostro en el que me espejo.
Es imposible edificar una democracia sin pensar que necesito de otro para hacer patria.
La patria es una urdimbre de otredades que se requieren las unas a las otras.
CFK propone una democracia para todos, que no vea en el otro un enemigo sino al que necesito
para fundar un orden basado en la no violencia, en el respeto de las personas.
¿Dónde está la patria?
Ya no hay patria, dice uno por ahí…. Hay intereses globalizados.
La patria vs ellos, solamente ellos y nadie más que ellos.
La patria es el otro porque está siempre en tránsito, extrañada de sí misma, reinventándose,
abierta a la presencia de los otros que la van transformando.
Prioriza al otro.
La patria es amor, pero no amor como expresión del yo que hace de todo lo que ama una cosa
para engrandecerse, sino amor como interrupción de la lógica de ganancia y entrega al otro que
somos todos, porque la patria es el otro y la patria somos todos esos otros que en nuestras
múltiples transformaciones hacemos de la patria algo abierto, diverso y múltiple.
La patria es un ejercicio de recreación permanente; se recrea a si misma todo el tiempo ya que no
tiene una definición precisa, sino que crece en ese proceso de reinvención incesante que es la
identidad como búsqueda y no como producto.
La patria es el otro porque es nuestra, en esa paradoja identitaria entre lo propio y lo ajeno, entre
lo que nos constituye y nos diferencia, entre lo propio y lo impropio.
La patria siempre es <entre>
Es una conversación infinita.
Cualquiera es la obligación de cualquiera.
La patria es el otro porque es la patria de cualquiera. La patria es el otro porque cualquier otro es
siempre nuestra patria
Mientras leo sobre la patria y el otro, de fondo escucho a Rocío Marengo diciendo:
“yo me preocupo por mí, los otros son un montón”.
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