Fotografía Lourdes Rivadeneyra
Los días llenos de tareas, tenían como final la vuelta en bicicleta, pensar que haber estado de acá para allá y poner el último esfuerzo en pedalear 4 kilómetros parece insólito, pero no, me es placentera esa mezcla de volver a casa mientras reconozco la ruta de vuelta. Vivo en barrio Sur, pero en el verdadero barrio Sur, no esté lleno de barsitos y estudiantes que alquilan por qué por acá es más barato, y el de las lucesitas hasta la madrugada, en ese no. Yo vivo dónde desembocan los ríos de lluvia, en tubos hasta el canal que siempre se inunda todo, haciendo de todo un nuevo río por qué el clima es implacable como esa tarde en la plaza, que te vi irte. Me acuerdo que tenía una teoría cuando volvía en bici con lluvia, no había que hacer mucho esfuerzo el rio mismo te traía, pero cuando doblaba en mi calle que no es una calle, en realidad es un pasaje, el río se agotaba, y yo le decía a mi mamá: ves por qué no hay que pavimentar? Mientras entraba, lo primero que hacía, antes que secarme antes que cambiarme antes que tomar un poco de agua era ponerle grasa a la cadena de la bicicleta, porqué está era regalo de un abuelo que no fue mi abuelo pero yo sentía que si, es vieja, en barrio Norte le dicen vintage, tiene mañas que solo las conocemos ella yo y el abuelo que alguna vez la pedaleo, esa conexión me causaba escalofríos compartía junto con alguien del más allá un puente elevadiso, irónicamente nunca nos conocimos, la culpa que sentí el día que me enteré de su muerte, no tiene explicación, ni escusa, como pude no haberle visto antes?
Se murió sin conocernos, ese día anduve por toda la ciudad, en solo un semáforo lloré, pedalee sin parar en memoria de él. Llegué a la sala velatorias y la ate en la puerta, nadie la reconoció pero yo sé, que el sí. Desde entonces cuando alguien me regala 5 min, una canción, o una recomendación, doy las gracias en persona, Enrique gracias, te siento como un abuelo, y los sentimientos son así, hay que dejarlos ser.
Una tarde habrán sido las 6 y 30 salí mire al cielo eran de esos días cerquita del verano pero no verano todavía en que el clima se deja por qué acá el verano también es implacable, como esa tarde en la plaza que te pedí que vayas, y vos te fuiste.
Una luz de alarma mi mamá por el telefono, "no vuelvas tarde", por qué acá en el verdadero barrio sur, la noche es una cosa difícil de habitar más si estás en bici, le prometi apurarme, algo que me gusta de las promesas es que son a futuro y entre el futuro y el presente hay una brecha, suelo habitarla ese breve espacio-tiempo es como una pausa, aproveche y hice un par de cuadras de mas, esto quiere decir que subí por la Buenos Aires hacia el norte, eso que estaba cansada, pero me puse los auriculares, el aleatorio parecía querer hacerme compañía me puso una de las que más me gustaban de la lista, lo lindo de andar en bicicleta es eso, el ruidito de la cadena andando, es tranquilizador es una cosa que va, que anda, sin mas. Vuelvo por 9 de Julio y lo lindo de volver es que es en bajada y eso ya no es pedalear, es solo ir, la tarde se iba yendo a la casa también pero calculé tan bien que llegue con lo poco que quedaba de luz. Hay un tramo en la arquitectura del camino, que siempre es el mismo, por qué acá en barrio sur no te podés desviar, explorar por ahí como cuando yo subo un par de cuadras por la buenos aires, es un riesgo. Pero hay una parte en la que freno un poquito cuando ando en bici a mí me gusta mirar por eso la uso, cuando volves en colectivo no podés mirar atrás y como te abandona la tarde, en cambio, en bici norte sur este y oeste van con vos, yo estoy signada por el sur, signada-signo, y cuando apreto el freno un poquito veo un par de cosas: uno de los barrios más famosos y peligrosos y también los vestigios de lo que antes fue, hay una chimenea altísima unos pilares hay una casa que ocupa una media cuadra completa, mi abuelo me contó que ahí vivía el dueño de lo que era la planta del ingenio en ese momento, está cubierta toda por arbustos, eso te da más curiosidad, me paro en los pedales para ver mejor y si, como lo intuía la arquitectura tipo francesa del siglo XX se puede notar, la casa está en el medio y al rededor hay mucho pasto me da un misterio saber si alguien vive ahí, de como es por dentro, de como son los tenedores que usan, por qué los tenedores dicen mucho del estatus social, eso me lo enseñó mi abuela, clase media alta venida a menos, otra historia, pero esto parece un poco lo mismo, la Belle epoque de esa casa no es ni por cerca esta pausa mientras yo la veo. Lo que pasa con el recuerdo de algo son esas reminiscencias que te deja, donde no podés acordarte de la forma más exacta de las cosas pero si hay signos que te llevan siempre a acercarte a ese momento. Suena when you smile, si, escucho jazz que se trata de improvisar, como yo improviso para llegar a salvo sin que un colectivo me pase por ensima, cuando andas en bici sos invisible parece, igual uno se da maña. Se acabó la vista de la gran casa, y una bocina me asusta, pero si yo vengo por donde me corresponde, que pasa? Me doy vuelta con mala cara, no me dura ni 3, es mi abuelo, que también con la tarde a las espaldas, pero sin darse cuenta por que está en su camioneta, me saluda, sonrie y... And keep on smiling
Keep on smiling And the whole world smiles with you, a eso me refería con el aleatorio amigo, pasa de largo, me pregunto también que será para el ver a su nieta volver a casa en bici? Porqué acá en barrio sur, el de verdad, no es cool andar en bici, en mi retorno mebencuentro muchos pares, son obreros en su mayoría los que me dan más pena son los viejitos, y no por la bici, sino por qué se les ve cansados, se les ve en las manos que el paso del tiempo con ellos ya no va a ser justo. Último esfuerzo últimas cuadras, habrá llegado bien el abuelo? Doblo en mi pasaje mi mamá está en la puerta me espera, no muy molesta ni muy feliz, había luz todavía le dije, igual ya sabe que vuelvo a la hora que quiero. Una vez llegué a las diez, me sentía una campeona, como si hubiera cruzado algún mar nadando.
